La banda sonora de una derrota

Por Sergio Ariza

Decía Angela Davis que "en una sociedad racista no es suficiente con no ser racista, debemos ser antiracistas" y parece que Patterson Hood y compañía han decidido tomárselo al pie de la letra. Los Drive-By Truckers continúan la senda política iniciada con American Dream y entregan su disco más oscuro y pesimista. Si su anterior disco, publicado entes de la elección de Trump, era una advertencia, éste es la banda sonora de una derrota, de la derrota de un país que ha visto cómo sus ideales caían hechos pedazos a la vista de todos, con niños metidos en jaulas, odio racial y asesinatos masivos que han dejado de ser noticia. 

 

Desde luego no se les puede discutir la valentía, el grupo que enarboló la bandera del rock sureño en el siglo XXI se ha convertido en el grupo de rock que más claramente se está posicionando contra Trump, sin importar que muchos de sus seguidores sean votantes suyos, pero sin dejar nunca de ser una de las mejores bandas de rock de este siglo. El disco se abre con Rosemary with a Bible and a Gun, a veces basta con leer el título de una canción para que tu mente ya componga un cuadro perfecto. Hood sigue mejorando como letrista con una canción que podría haber firmado el mismísimo Bruce Springsteen, coloreada por una brillante sección de cuerda.
 

Armageddon's Back In Town
y Slow Ride Argument muestran su lado más vigoroso, con las guitarras de Hood y Mike Cooley dialogando fluidamente, con Cooley brillando con sus Telecasters especiales hechas por el lutier Scott Baxendale y Hood, probablemente, con su SG Special del 2002. Pero los mejores momentos del disco llegan con los tempos más pausados, como en la canción que sirvió como sencillo de presentación, Thoughts and Prayers, en la que sobre su Melody Ranch Gene Autry acústica del 48 Hood se lamenta sobre como los tiroteos masivos se han convertido en algo tan habitual en el país que ya no pasan de noticia local.
 

 

También destaca el sonido alt-country de 21st Century USA, una canción que habla de esas pequeñas ciudades sin mucho que hacer, con un sonido que es puro Americana, con fiddle y pedal steel, algo que va como anillo al dedo a su letra. Aunque puede que la canción más devastadora del disco sea Babies In Cages, sobre las desalentadores imágenes de niños inmigrantes separados de sus padres y metidos en jaulas. Hood lo tiene claro "¿estamos tan divididos que no podemos ni siquiera estar de acuerdo que este no es el país por el que nuestros abuelos lucharon? Niños en jaulas...". Cooley se luce al final de la canción con un gran solo que musicaliza la rabia de la letra.
 

 

Y está claro que Cooley opina lo mismo que Hood, solo hay que escuchar Grievance Merchants, una de las dos canciones que ha compuesto para el disco, en la que se ve su asco por el auge de los supremacistas blancos en su país. El final llega con Awaiting Resurrection, una canción que intenta ver más allá del pesimismo de la situación actual, con Hood separando los oscuros tiempos que estamos viviendo de su propia experiencia personal con la banda y la familia, el slide de Cooley es tan oscuro y denso como la propia canción, musicando los negros nubarrones que se ciernen sobre todos, pero al final parecen decirnos que todo esto también pasará.
 

Es un disco lleno de rabia y frustración pero los Drive-By Truckers no se han visto cegados por ellas y han entregado un notable disco de madurez. 

Galería de foto