Rock sin fecha de caducidad

Por Guitars Exchange

Última Experiencia; el cantante y guitarrista Miguel Ángel Ariza, el bajista José Alberto Solís y el batería Carlos Lahoz; se han mantenido alejados como de la peste de modas y tendencias, logrando fabricarse con ello una sólida carrera con su creencia ferviente en algo que es casi una religión para ellos, el rock. Ya desde el momento en el que decidieron llamarse así y consolidarse como 'power trio', en un guiño a cierto guitarrista zurdo, tenían claro que lo suyo era el rock de raíces clásicas con la vista puesta en las décadas de esplendor del género, los 60 y los 70, con referentes claros como el propio Hendrix, los Cream o Rory Gallagher. Eso sí, cantando en español y con repertorio propio, con unas canciones que siguen siendo el pilar sobre el que se sustenta la banda.  

Ahora presentan su tercer disco, Cultura Caduca, un álbum de los de antes de los de escuchar de principio a fin, en el que reniegan de esta cultura de lo inmediato, del éxito como medida de todo y la cantidad por encima de la calidad. Nueve canciones que estarán presentando en una gira que les llevará por varios lugares de España como Valencia, Murcia o Madrid, el próximo 13 de abril en la Sala Siroco.
 

Charlamos con Miguel Ángel Ariza, que no solo es un gran músico sino también licenciado en Periodismo y colaborador nuestro en Guitars Exchange, donde nos da consejos para sonar como algunos de los grandes en la sección In The Style Of...
 

GE: Escuchando vuestras letras, uno pensaría que no os gustan nada los tiempos que os ha tocado vivir, ya el título del disco, Cultura Caduca, deja claro que os sentís bastante cabreados o, como decís en ‘Revolución’, que no os sentís parte de esta era digital…
 

MA: Más que a disgusto con los tiempos que corren estamos a disgusto con el tiempo que la gente le dedica a la cultura en estos tiempos. Somos partidarios de la era digital y de todas las facilidades y herramientas que conlleva pero totalmente contrarios al uso que se hace generalmente de esas herramientas. Lo que podría ser un maravilloso mundo en el que artistas y publico generan una comunidad y una conexión mucho más directa entre ellos acaba por convertirse en un concurso de marketing que consiste en ver quien llama más la atención y en ese concurso la gran damnificada finalmente es la obra de arte en sí que ha acabado por convertirse en lo menos importante para llegar al gran público. Es muy triste ver esto día a día en las redes sociales...  

GE: Esa misma desconexión con los tiempos actuales se pude ver en vuestra música, parece claro que no os sentís muy conectados con vuestro tiempo, ¿cualquier tiempo pasado fue mejor?
 

MA: En cuanto al trato al artista y al valor que se le otorgaba a artista y obra indudablemente estamos viviendo los peores momentos desde que esto se convirtió en un gran negocio. Pero sin embargo no pienso lo mismo en cuanto al talento que hay por ahí. Sigue habiendo mucho y bueno, lo que pasa que ahora cuesta mucho más encontrarlo... cada banda hace un poco la guerra por su cuenta y ese gran negocio que había antes y que hacía que te llegasen todas las novedades habidas y por haber ahora ha desaparecido y es cuestión más del boca a boca que de otra cosa. Pero lo dicho, talento hay y quizá ahora el nivel técnico e instrumental es más potente que nunca... esto en unos pocos años va a empezar a ser muy palpable, la peña joven toca mucho mejor que antes.  

GE: Teniendo en cuenta que todas vuestras principales influencias ya habían grabado sus mejores discos antes de 1975, suscribís la frase de Homer Simpson de que “todo el mundo sabe que el rock alcanzó la perfección en el 74. ¡Es un hecho científico!”
 

MA: Puede que la música de Última Experiencia te traslade a esa década de los 70 más de lo que yo realmente busco porque nunca he obviado que mis influencias han sido siempre de todos los estilos y épocas. Si bien es cierto que mis grandes héroes son principalmente sesenteros y setenteros podría asegurarte que grupos de décadas más cercanas como Oasis, U2 o los Raconteurs son auténticos faros en mi camino.
 

GE: El rock ha pasado a un segundo plano en cuanto a popularidad a ventas, a pesar de que los festivales siguen manteniendo como principales cabezas de cartel a grupos y artistas que siguen apostando por las guitarras, pero hace años que no surge un revulsivo, ¿coincidís con
Jack White en que está a punto de volver a haber una nueva oleada de grupos y bandas que recuperen la excitación que esta música siempre ha necesitado?
 

MA: Como te decía antes yo no soy muy nostálgico de épocas anteriores sino que creo que efectivamente aparecerá una banda con la que flipemos todos en colores y marque el camino como en su día hicieron Nirvana o Radiohead. El propio Jack White con los Raconteurs ha demostrado que el rock más clásico puede sonar moderno y su disco Consolers of the lonely me parece de lo mejor del rock de toda su historia.
 



GE: Se os nota la veteranía en un disco en el que sonáis muy bien, pero las canciones siguen estando ahí. Qué es lo que más valoráis en una banda o un artista que os guste, ¿el sonido, las canciones, la actitud…?
 

MA: Las canciones, en segundo lugar las canciones y finalmente las canciones... lo demás es pura literatura. Hace poco leí una entrevista a Quincy Jones en la que venía a decir que no hay una artista lo suficientemente grande como para convertir una canción mala en buena. Mola leer eso en boca de un tipo que ha trabajado en profundidad con gente como Sinatra, Stevie Wonder o Michael Jackson. Yo no soy nadie pero eso es algo que tengo muy claro. La canción lo es todo y todo lo demás debe amoldarse a lo que la canción necesite. Muchas canciones de este disco por ejemplo no tienen solo de guitarra aunque mucha gente opine que ese es el fuerte de la banda. Pero si una canción no necesita un solo no lo metas porque la vas a joder.
 

Luego el sonido es una de las herramientas que te permiten que esa canción entre de mejor manera en el oído de la gente. El sonido es el vehículo entre la canción y el público. Por supuesto que es importante, claro que sí, pero siempre en favor de la canción. Y además creo que no hay ningún hit basado en el sonido pero hoy en día yo sigo escuchando temazos de los 40 y 50 en locales de copas que ponen a todo el mundo a bailar...y no suenan demasiado bien. Algunos de ellos fueron grabados con un único micro, pero da igual porque son genialidades.  

Y por último la actitud es una mentira que nos han vendido para decirnos que cualquiera puede dedicarse a esto. Pero para esto no hace falta actitud, aquí hace falta talento...la actitud se tiene o no se tiene. Los Ramones no sé si tenían actitud, peor lo que sí sé es que tenían temazos, y los AC/DC también. Para mi Paul Simon no tiene que maquillarse, ponerse plataformas y menear la cabeza como si no hubiese un mañana; lo que tiene que hacer es seguir escribiendo canciones como hace, así, sin actitud.
 

GE: Pasemos a repasar canción por canción este nuevo disco, cada una tiene un sonido muy diferente, pero conseguís darle un toque personal que lo aúna todo. Revolución, la canción que lo abre, tiene unos coros cercanos al power pop o a los Who de Substitute, ¿qué guitarra utilizaste para grabarla?
 

MA: Para Revolución usé una Gretsch Tennessee Rose. Es una guitarra que tenía bastante aparcada en casa desde hace años pero en este disco ha sido casi la guitarra principal. Curiosamente era mi guitarra elegida hace años cuando tocaba en un tributo a los Who.
 

  

GE: Cuando escribes una canción, ¿tienes ya en mente qué guitarra es la más adecuada o es un proceso en el que lo vas encontrando? Lo digo porque hay guitarristas fieles a un modelo, mientras que otros intentan buscar la guitarra más adecuada para cada canción, algo así como adaptarse a la canción o que la canción se adapte al sonido de uno, ¿Cuál es tu posición?
 

MA: Pues puede pasar de varias maneras. Yo soy un tipo que nunca me pongo a componer, no cojo una guitarra y digo “voy a hacer una canción” sino que de ponerme a tocar una guitarra por gusto pues acabo por divagar y me empiezan a salir riffs o melodías y voy tirando. En el caso de Revolución recuerdo que estaba de gira en Cádiz y una amiga había traído por casa la peor guitarra acústica que puedas imaginarte pero la cogí y casi del tirón me salió prácticamente todo el tema. Como comprenderás no iba a grabar ese tema con esa guitarra y fue mucho más adelante en el estudio junto a Isaac Rico, el productor, con quien decidí qué sonido y qué guitarra buscar. Sin embargo hay veces que estoy en casa con alguna de mis guitarras y casi parece como si esa guitarra te chivara los acordes de la nueva canción. No la podrías tocar igual con otra. Entonces sabes que esa es la guitarra con la que seguro que grabarás esa canción.
 

GE: ‘Vivan Las Cadenas’ ha sido el segundo adelanto del disco, tiene un gran estribillo, construido sobre un gran riff, aunque uno de los mejores momentos llega con el puente instrumental, con un gran solo por tu parte, con un sonido muy distorsionado que me recuerda a Hendrix ¿qué efectos has utilizado para lograrlo?
 

MA: Pues precisamente esta canción pudo ser el comienzo de la gran amistad entre Isaac Rico y yo en el estudio ya que me demostró que estaba totalmente en sintonía con lo que yo tenía en la cabeza. Yo para el solo quería algo muy ‘freak’ y lo veía un poco glam así que consultándolo con él fuimos buscando poco a poco el tono perfecto pero a mí se me quedaba corto siempre. Isaac me miró y me dijo “¿quieres algo “muyyyyy” freaky?” Y lo siguiente que le vi hacer fue pasarlo todo por un altavoz Leslie de los 60 que es lo que realmente le da todo ese rollo de vibrato en el solo. Medalla para el productor. En los directos trato de emularlo con un pedal que llevo usando desde nuestro primer disco, La Casa de la Bruja, y que da bastante el pego: un Diamond Halo Chorus
 

  

GE: ‘El Día Que Me Vaya’ es una de mis favoritas del disco, una preciosa introducción con mucha alma hasta llegar a un estribillo en el que cantas en falsete. Como en anteriores trabajos, como con Lo Sentido, se nota que sientes tanta pasión por el soul como por el blues, ¿nos podrías hablar de esas influencias?
 

MA: Bueno yo soy básicamente un hijo del blues-rock. Mis grandes influencias y por las que formé un trío en su día fue por gente como la Jimi Hendrix Experience, los Cream o Rory Gallagher, todos ellos bandas que beben en un altísimo porcentaje del blues. Básicamente yo siento que tengo alma blues y el soul, siendo una versión 2.0 del blues por decirlo de alguna manera, pues acaba por ser también mi hábitat natural porque me permite ser muy bluesero pero con más rango melódico, me da más facilidades para meter una buena melodía de voz que es a lo que más importancia le doy en las canciones.
 



GE: Con ‘Lenguas de Fuego’ volvéis al hard rock que tan bien se os da, con la voz doblada. Parece claro que será uno de los puntos fuertes de vuestros directos, además si se te puede asignar un sonido propio sería algo parecido a lo que consigues con esta canción ¿qué guitarra y amplificador utilizaste para grabarla?
 

MA: Pues yo tenía claro que lo iba a grabar con un London MJM Fuzz que es mi pedal de cabecera para hacer el burro desde hace una década pero en el estudio vimos que la cosa funcionaba mejor con la combinación de varios pedales entre ellos un Catalinebread Dirty Little Secret y otro de los pedales que están conmigo desde el primer Lp: el Keeley Time Boost Machine. La guitarra que uso en ese tema es “mi” guitarra que es una Fender Stratocaster de 1969. Y los amplis que usamos en este disco son siempre tres mezclados de distinta forma: un Fender Twin Reverb Blackface de Isaac Rico y mi Fender Blues Jr (con alguna modificación) y mi Fender Deluxe Reverb.
 

  

GE: La siguiente canción, ‘Todo Es Mentira’, me parece otro de los verdaderos puntos fuertes del disco, una emocionante balada hard rock en la que vuelve sobresalir tu trabajo a las seis cuerdas. Me gustaría saber si compones los solos y luego los interpretas, son totalmente improvisados o si es una mezcla de ambos.
 

MA: Pues esta es una gran pregunta la verdad. Es un aspecto en el que creo que más he variado con los años. Antes jamás repetía un solo, y cuando digo jamás es jamás. Con La Casa de la Bruja me metí en el estudio con no sé cuántos solos por delante y sin la menor idea de lo que iba a hacer con ellos. Juan de Dios Martín le daba a grabar y salía lo que salía. Esto, que mola mucho así escrito, luego en el estudio es menos divertido porque cuando haces solos de dos minutos de duración es difícil estar dos minutos enteros completamente inspirado. Aquello fue evolucionando con canciones como La Oveja Negra con la que hemos abierto los conciertos de los últimos dos años en las que empecé a hacer siempre el mismo solo, tratándolo como si fuese parte de la línea melódica de la canción. Y en este disco, aunque la mayoría de los solos siguen siendo siempre improvisados ya que esa es la esencia de nuestra música, sí que tengo que decir que canciones como Todo Es Mentira o Aquí Me Tienes que tienen dos solos cada una son un ejemplo de las dos vertientes. En los primeros solos de cada tema siempre hago más o menos lo mismo como si fuesen el riff y el solo final me olvido hasta de cómo me llamo y dejo libertad total a mis dedos. Cada día un solo final distinto.
   

GE: ‘Usar y Tirar’ sirvió de presentación del disco, tiene un sonido muy de los 50, puede que sea por la utilización de una Gretsch, aunque vuelve a tener un punto muy soul. Pero creo que se utilizan varias guitarras en la misma, (creo que en el puente se oye un slide) ¿nos podrías decir cuáles?
 

MA: En esta canción uso las que han sido las dos guitarras principales del disco: La Gretsch Tennessee Rose y la Stratocaster del 69. La Gretsch hace el riff y la Fender la parte arpegiada a lo Steve Cropper. Además de una acústica, una Takamine EF340 japonesa de los 90, y un slide Jim Dunlop de latón.
   



GE: En ‘A Cara O Cruz’ dejas clara tu admiración por Rory Gallagher, como antes ya habías hecho con otros guitarristas, sin ir más lejos en el anterior disco había un bonito homenaje a Peter Green. Nos podrías dar una breve lista con tus guitarristas favoritos o con los que más te han inspirado.
 

MA: La pregunta del millón de dólares. Rory Gallagher es sin duda uno de los guitarristas que más me ha influenciado en todo, tanto en mi manera de tocar como de afrontar los conciertos y los temas, su sonido, su tono...hasta en una época sus patillas. Me gusta todo de él y efectivamente esta canción ha quedado muy en su onda. Tú has mencionado el que siempre digo que es mi guitarrista favorito, Peter Green, al que le dedicamos una canción en nuestro segundo disco, Eléctrica, aunque esa estaba más en la onda de otro grande como Ritchie Blackmore. Pero el hacedor y el que me cambió la vida fue Hendrix aunque es curioso que es el que nunca escucho ya... yo creo que es tan potente lo que sentí en su día cuando le escuché que me da demasiado respeto.
   



GE: En “2016” vuelve a surgir tu lado más melódico, suena parecida a otra de mis canciones favoritas de vuestro repertorio, ‘He Muerto Hoy’, y como en ella también se puede ver que no hacéis asco al rock de raíces o al movimiento ‘americana’, ¿te restringes a la hora de componer o si una canción es buena te vale? O si prefieres te lo pregunto de otro modo, ¿buscas un tipo de canción concreto a la manera de los hermanos Young que cuando les salía una canción que no sonaba a AC/DC la descartaban?
 

MA: No, yo desgraciadamente no practico la autocensura porque para eso ya tengo a Carlos y a Jose que son mis más temidos examinadores. Yo siempre he apostado por la libertad total para el creador. En esta canción concretamente hablo de Prince y Bowie entre otros... dime tú si se cortaron en hacer blues, funk, pop, heavy, baladones, glam todos los estilos pasaron por ellos... Concretamente estos dos incluso hicieron estilos que ellos mismos inventaron a base de hacer de todo. Pero corren días en los que las etiquetas pesan más que las buenas canciones y Carlos y Jose suelen preferir el rock al pop y cuanto más solo de guitarra tenga mejor. Ellos son mis hermanos Young.
   

GE: El cierre del disco ‘Aquí Me Tienes’ es otra de las canciones más grandes del disco. En cierta manera recuerda a la última canción de Eléctrica, ‘Mi Guitarra y el Blues’, es una nueva muestra de ese blues lento que se ha convertido en una de vuestras marcas de la casa, además de ser un tema que parece muy cercano a ti. ¿Eres de los que das muchas vueltas a la ubicación de las canciones en el disco? ¿Buscas algún tipo de respuesta en el oyente?
 

MA: Ser la última canción del disco a día de hoy es una putada porque como bien hablamos en Cultura Caduca la gente ya no escucha ni de coña los discos enteros y esto se traduce en que la última canción del disco será siempre la que más papeletas tenga de ser la menos escuchada. Pero por ejemplo Mi Guitarra y el Blues pudo con esa posición en el disco anterior y yo confío en que Aquí Me Tienes también pueda con esa última posición ya que creo que es de lo mejor del disco y posiblemente uno de los mejores solos que he grabado en estudio en toda mi vida, por cierto con mi Gibson Les Paul Studio del 2008 que suena increíble (aunque el tema y los dos primeros punteos están grabados con una Gibson ES-335). Pero una balada de 7 minutos con solo final y ‘fade out’ es candidata número uno a ser última del disco.
 

  

GE: Aquí en Guitars Exchange te encargas de la sección ‘Al Estilo de…’, si tuvieras que hacer algo parecido contigo ¿qué guitarra y qué amplificador recomendarías para conseguir un sonido parecido?
 

MA: Fender Stratocaster, un Fender Deluxe Reverb, un Tubedreamer de Jam pedals, un delay Boss DD-2 y un London MJM Fuzz. ¡Y a correr!  

Muchas gracias por todo.
 


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