La perfecta introducción a un legado inmenso

Por Sergio Ariza

Otis Blue (1965)  

Es el disco que recomendaría a cualquiera que me hiciese la siguiente pregunta “¿qué es el soul?”. Otis Redding fue un verdadero gigante de la música que no tiene un solo disco que baje del notable pero Otis blue es un diez redondo o, si se me permite el 'spinaltapismo', un once. Contiene tres de las mejores canciones compuestas por el propio Redding, I've Been Loving You Too Long, Respect y Ole Man Trouble, tres versiones de su ídolo, Sam Cooke, al que habían asesinado 4 meses antes de comenzar la grabación del disco, y una versión del Satisfaction de los Rolling Stones que llevó a comentar a su compositor, Keith Richards, que la de Otis era la versión definitiva.
 

Rodeando la voz con más 'alma' de la historia se encuentra un equipo de lujo, los Booker T. & the M.G.'s de Steve Cropper (la guitarra del soul), la sección de vientos compuesta por miembros de los The Mar-Keys y los The Memphis Horns e Isaac Hayes al piano. Puro lujo Stax al servicio de su máxima estrella que entrega algunas de las mejores interpretaciones de su carrera.




El disco se abre con Ole Man Trouble, la menos conocida de las tres composiciones de Redding pero que está a la misma altura de los otros dos clásicos, tanto es así que Steve Cropper la rescataría para el primer disco póstumo de su carrera. Respect es una de las canciones más importantes de su carrera, un estallido de energía en el que se ve al Otis más explosivo, ante el que es imposible permanecer quieto. Completa el trío de clásicos salidos de la pluma de Redding, I've Been Loving You Too Long, posiblemente la balada definitiva del hombre que ha cantado baladas mejor y con más alma. Una auténtica delicia.
 

Por una vez el fiel Cropper no aparece firmando junto al cantante, pero eso no quiere decir que sus aportaciones sean menores, aquí aparecen sus arpegios y arrebatos en I've Been Loving You Too Long, su solo 'bluesy' para Rock me baby ("play the blues, Steve!") o su preciosa intro para Ole Man Trouble. Pocas veces una Telecaster ha sonado mejor que la de Cropper acompañando a Otis.
 

Otis Blue
, titulado realmente Otis Blue/Otis Redding Sings Soul, es el mejor y más puro disco de soul grabado en un estudio. Al año siguiente llegaría el también maravilloso Complete & Unbelievable: The Otis Redding Dictionary of Soul, pero este es el verdadero diccionario del soul, su esencia sublimada en un disco único e irrepetible.
 

The Dock Of The Bay (1968)
 

The Dock Of The Bay
no debía haber sido el testamento musical de Otis Redding sino el comienzo de una nueva fase en su carrera, la canción de la que se derivaba el título fue lo último que escribió y grabó Otis antes de su trágico accidente de avión un 10 de diciembre de 1967. Fue a su mano derecha, y gran amigo, Steve Cropper al que le quedó la tarea de recopilar un disco que sirviera, al mismo modo, de homenaje y de presentación a su magna obra. No fue una tarea fácil, y las lágrimas fueron frecuentes, pero la guitarra del soul estuvo a la altura de la voz con más sentimiento de la historia.
 

La joya de la corona del disco es (Sittin' On) The Dock of the Bay, compuesta a dos manos entre Redding y Cropper apenas un mes antes de su fallecimiento. Tras su éxito en el festival de Monterrey, Otis se metió al público de la “paz y el amor” en el bolsillo, pero también le sirvió para empezar a coquetear con otros sonidos, fue así como mientras miraba a la bahía de San Francisco surgió el esqueleto de Dock Of The Bay, cuando volvió a Memphis se reunió con Cropper y le dijo “coge tu guitarra, tengo un éxito”. Entre los dos terminaron música y letra y surgió la canción por la que más se le recordaría. Aun así a Otis no le dio tiempo a escuchar la versión final, grabó la voz sobre una guitarra acústica y sugirió que al comienzo sonaran unas gaviotas. Ironías del destino, Steve Cropper terminó de grabar las magníficas notas de su Telecaster dos días antes de enterarse de que el cantante había fallecido.
 

 

La canción terminaría convirtiéndose en el único número 1 de la carrera del cantante, y en el primero en alcanzar ese puesto póstumamente, y Stax decidió sacar un disco alrededor de ella. Lo que podría haberse convertido en una simple excusa para hacer dinero de una desgracia se convirtió en una excelente muestra de la increíble música hecha por Otis. Cropper se involucró totalmente en el proyecto y, a pesar de no contar con una gran cohesión (no hay nada semejante a la canción titular debido a que Otis no le dio tiempo a continuar por esa senda), es una perfecta puerta de entrada a la obra de este gigante del soul.  

Y es que la canción titular no es la única gema que atesora este disco, Let Me Come On Home se beneficia de un excelente trabajo a la guitarra por parte de Cropper (donde se nota la influencia en este de Albert King, con el que había grabado recientemente) y una potente línea de bajo a cargo de Donald 'Duck' Dunn. Glory Of Love está construida de manera parecida a Try a Little Tenderness y fue grabada en febrero de 1967 como la anterior.
 

I Love You More Than Words Can Say
es otra de esas baladas marca de la casa capaces de erizar la piel, también fue otro sencillo publicado en 1967, Tramp es una de las grandes canciones de su carrera, cercana al funky, y su mejor colaboración con su compañera de sello Carla Thomas. El disco se cierra volviendo al maravilloso Ole Man Trouble que abría el genial Otis Blue, una especie de cierre en círculo con el que Cropper invita al oyente que ha descubierto a Otis a través de (Sittin' On) The Dock of the Bay a adentrarse en su maravillosa obra.
 

Hace 50 años que Otis Redding nos dejó pero su legado sigue siendo una de las piedras angulares musicales del Siglo XX. Así lo demuestran perfectamente estos dos discos antológicos que son una perfecta introducción a ese legado.



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