Los tres primeros discos de Queen, los cimientos de una obra colosal

Por Sergio Ariza

‘Queen’ (1973)  

El 13 de julio de 1973 aparecía en las tiendas el primer disco de Queen, lo habían grabado entre diciembre de 1971 y noviembre de 1972, sus influencias se encuentran en el hard rock, el rock progresivo y el glam, pero tienen algo propio que no suena a nadie más. Es todavía un trabajo de formación pero muestra muchas cosas notables tanto para lo bueno como para lo mal y es que con Queen no hay medias tintas.
 

Keep yourself alive’ es la joya de la corona, la mejor canción del debut de la banda y la primera de muchas maravillas por venir. Dos cosas sobresalen sobre el resto, el sonido de la guitarra hecha a mano por Brian May, la mítica Red Special, y la increíble voz de Freddie Mercury, sobre estos dos pilares (que además se repartían el peso compositivo) se construirá la carrera del grupo, doblándolas las veces que haga falta hasta conseguir ese sonido tan propio.
 

Doing all right’ es otra buena canción, comenzando como una balada acústica para dar paso a un tremendo cambio rockero y, después de esas voces tan propias de la banda, volver a la calma, con May dando unos toques ligeros y calmados para estallar después en otra tormenta eléctrica a mayor gloria de la Red Special. ‘Great King rat’, la primera de las 5 composiciones de Mercury ya tiene ese punto excesivo tan de la banda, con múltiples pistas de guitarra y esos coros vocales tan propios de la banda. ‘My fairy king’ puede caer en la pomposidad en algunos momentos, aunque en otros esas armonías pueden recordar a los mejores momentos de la banda. Es tan excesiva como la propia banda y es importante por varias razones, le dio a Freddie su apellido y fue la primera en la que tocó el piano, del que se haría cargo a partir de este momento.
 

La segunda cara se abre con ‘Liar’, la mejor del lote de Mercury, una de sus canciones más rock con un excelente trabajo de May repartiendo riffs a diestro y siniestro y una de las primeras demostraciones de que Freddie Mercury era un cantante sin par. ‘The night comes down’ es una especie de psicodelia progresiva con Mercury luciéndose con el falsete, 'Modern Times Rock 'n' Roll' es la aportación de Roger Taylor, en una canción que además canta, es directa y potente, pero tampoco especialmente brillante (más allá de otro brillante solo de May). 'Son and Daughter' es lo más cerca que ha estado nunca Queen de Black Sabbath, sonando duros y oscuros. ‘Jesus’ es de las canciones más flojas del disco, aunque vuelve a contar con otro gran pasaje instrumental a cargo de May y su Red Special. Lo poco que suena de ‘Seven seas of Rhye’ deja con ganas de mucho más pero no habrá que esperar mucho para ello…
 

 

‘Queen II’ (1974)  

Y es que menos de 8 meses después de su debut, el 8 de marzo de 1974, aparecía ‘Queen II’, un disco en el que seguían indagando en el hard rock pero acentuando su sonido más propio, las armonías vocales grandiosas, las capas y capas de guitarras, los múltiples cambios en las canciones, un disco excesivo y totalmente pasado de rosca, un disco, en definitiva, 100% Queen.
 

Dividido en dos caras con conceptos diferentes, la cara blanca y la negra, la primera dominada por May con 4 composiciones y la segunda al completo por Mercury. Puede que no contenga más y mejores canciones que su debut pero sí que es mucho más representativo de la banda y de su sonido, se nota como han hecho del estudio de grabación un instrumento más. Tiene dos grandes canciones como ‘Father to son’, con uno de esos cambios brutales hacia el hard rock con un gran riff y Freddie demostrando poderío y un solo brutal de May, de los más heavies de su carrera, luego cambia otra vez con piano y voz en falsete de Mercury y vuelve al principio. La segunda maravilla es la versión completa de ‘Seven seas of Rhye’ que deja claro que Mercury está empezando a ser un gran compositor, además de un cantante sin parangón. Roger Taylor vuelve a meter una canción, ‘The loser in the end', un buen tema de hard rock en el que también canta y May hace su debut como cantante principal en 'Some Day One Day'. ‘Ogre battle’ es de las más representativas de esta primera etapa, con Mercury hablando de hadas, reyes, batallas y ogros. Es pura esencia del grupo, excesiva, pomposa y, aun así, funciona.
 

La banda encontró con este disco su sonido, si había gente que pensaba que menos es más, Queen estaba en las antípodas, lo suyo era más es siempre más, llevando el rock a terrenos 'wagnerianos', lo suyo no era la sutileza sino la grandiosidad. Ya tenían su concepto sonoro (y su imagen, ya que la icónica portada sería la que serviría de base al video de 'Bohemian Rhapsody') ahora iban a ampliar su paleta sonora y a encontrar las canciones perfectas para ello.
 

   

‘Sheer heart attack’ (1974)  

El tercer disco de la banda (en menos de año y medio) es uno de los mejores de su carrera, ‘Sheer heart attack’ es el culmen de su etapa hard rock y, a la vez, el primero en el que prueban otras cosas, ampliando su espectro sonoro y haciéndoles estrellas a ambos lados del Atlántico. Sigue sin ser un disco perfecto, Queen siempre fue una mejor banda de singles que de discos, pero se le acerca bastante.
 

El disco se abre con 'Brighton Rock' una animalada cortesía de May que contiene alguno de los mejores pasajes de la Red Special (y eso ya es decir). Le sigue ‘Killer Queen’, la canción que les convirtió en estrella y prueba que a Freddie Mercury se le estaba quedando pequeño el mundo del rock con esos aires cabareteros, no es de extrañar que años después, en el concierto en su tributo, la encargada de cerrar el mismo fuera la actriz y cantante, Liza Minnelli. Es una gran canción, muy representativa del grupo, nuevamente esos coros, y demuestra que Brian May también puede lucirse en otros terrenos fuera del hard rock. 'Tenement Funster' es la canción de Taylor en el disco, y forma una especie de medley con 'Flick of the wrist' y 'Lily of the valley' de Mercury. 'Now I'm here' es el cierre perfecto para la primera cara, demostrando que Queen todavía podía derribar muros tocando rock. Uno de los mejores riffs de la carrera de May y una explosiva interpretación de Mercury hacen de ella uno de los mejores ejemplos de cómo podían sonar en directo sin los efectos de estudio. Simple y al grano, con un guiño al padre del rock, Chuck Berry, en el solo de May y en ese “go go go little queenie”.
 

'In the Lap of the Gods'
es puro exceso Queen, con un inicio en el que Taylor suelta un chillido en una nota tan alta que ni el propio Mercury puede alcanzar. ¿Qué otro grupo tiene un batería con un registro mayor que el de uno de los mejores cantantes de todos los tiempos? Es una canción que justifica parte del odio hacia la banda, pero que termina funcionando, gritos aparte, y demuestra la versatilidad del Mercury compositor. ‘Stone cold crazy’ es la tercera burrada del disco, tras ‘Brighton rock’ y ‘Now I’m here’, no es de extrañar que Metallica la metiera en su repertorio, velocidad y potencia para una canción que se adelanta al thrash metal. ‘Dear friends’ es una corta balada al piano con esas armonías tan características. ‘Misfire’ les ve coquetear con el pop, de una manera muy particular y es que Queen es capaz de sonar a sí mismos en cualquier estilo, además de ser el debut de John Deacon como compositor. 'Bring Back That Leroy Brown' es puro vodevil y 'music hall', con May al banjo-ukelele, mientras que 'She Makes Me (Stormtrooper in Stilettos)' es una balada acústica con May como cantante principal. El disco se cierra con 'In the Lap of the Gods... Revisited', uno de esos himnos a lo Queen para ser coreados a pleno pulmón en un estadio repleto de gente, una especie de predecesora de ‘We are the champions’.
 

Queen habían dado con su fórmula secreta y ahora solo quedaba perfeccionarla y arrollar al mundo con ella. Puede que el rock de estadio no haya encontrado una mejor, canciones perfectas para ser coreadas en masa, no en vano, los Queen son el equivalente musical al cine de Leni Riefenstahl (aunque no tengan nada que ver con sus ideas), algo monumental, grandioso, ampuloso y efectista pero que genera un sentimiento de fascinación en el que se enfrenta a ella. Queen es el paradigma de grupo excesivo y cuenta con algunos de los seguidores más fieles y de los detractores más radicales de la historia del rock, prueba de una música que no deja indiferente, ámales u ódiales pero no dudes ni por un instante de que son una de las bandas más grandes que han existido.
 



(Spotify) Queen
(Spotify) Queen II
(Spotify) Sheer Heart Attack


(Imágenes: ©CordonPress)

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