El pistolero tejano

Por Sergio Ariza

El 13 de diciembre de 1968 Mike Bloomfield y Al Kooper daban un concierto en el Fillmore East de Nueva York. Tenían un disco entre los más vendidos, ‘Super session’, y el primero era considerado, con toda razón, el mejor guitarrista blanco de blues de EEUU, pero Bloomfield era un buen tipo y siempre estaba atento al talento de nuevos guitarristas, dos meses antes le había dado una de sus primeras oportunidades a un joven Carlos Santana, así que para esta fecha había decidido invitar a un guitarrista tejano que le había impresionado. No habían ensayado nada, Kooper ni siquiera le conocía personalmente, pero Bloomfield estaba decidido a hacer una ‘jam’ con él, a pesar de tener casi 40 grados de fiebre. En la segunda canción cogió el micro y presentó a un “tipo que toca jodidamente bien”. En el escenario apareció un extraño con pinta de pistolero salvaje, vestido completamente de negro lo que contrastaba con su pálida piel y su larga melena de pelo casi blanco. Bloomfield inició la cuenta atrás de un lento blues de Chicago y cuando la sección rítmica comenzó a tocar se lanzó a un sentido solo, cuando terminó el pistolero se acercó al micro y cantó la primera estrofa del ‘It’s my own fault’ de B.B. King, ninguna de las miles de personas que llenaban el aforo daban crédito a lo que escuchaban, aquella poderosa voz de bluesman no se correspondía con aquel cuerpo frágil y pálido. Pero el albino tejano no había enseñado todavía su mejor carta, así que cuando empezó a tocar su guitarra más de una mandíbula en la audiencia se desencajó. Para el momento en el que terminó su actuación, varios ejecutivos de Columbia, la compañía que había publicado ‘Super Session’, estaban a punto de hacer una oferta que, como las de Vito Corleone, no se podía rechazar. Pero la gran pregunta que se hacía todo el mundo era ¿de dónde había salido este tipo?  

John Dawson Winter III
había nacido en Beaumont, Texas, el 23 de febrero de 1944 y llevaba tocando profesionalmente desde los 15 años, en 1959 había grabado su primer single ('School day blues', inspirado en su idolatrado Chuck Berry) bajo el nombre de Johnny & The Jammers. Pero su amor por el rock & roll primigeneo se compatibilizaba con su obsesión por el blues eléctrico de gente como Muddy Waters, Howlin’ Wolf, Bobby 'Blue' Bland o B.B. King. Precisamente con este último vivió uno de los grandes episodios de su etapa de aprendizaje. En 1962, junto a su hermano Edgar (también albino) y otros dos miembros de su banda fueron a ver a King en directo. Eran los únicos blancos en la sala pero, a pesar de que Texas en aquellos años seguía siendo un estado segregado, Winter y su banda se habían hecho un nombre y eran aceptados. Johnny no se arrugó y decidió que quería subir a tocar pero King era reacio. Después de que varias personas le pidieran al maestro que le dejara tocar, le llamó al escenario y le dejó su guitarra. Poco después todo el garito le estaba ovacionando. Winter no había cumplido 17 años y ya había salido indemne tras tocar con el Rey, es normal que con seis años más de experiencia no le templara el pulso cuando Bloomfield le dio su gran oportunidad.
 



Pero antes de llegar ahí, Winter siguió forjándose una carrera en Texas y el resto del Sur, grabando como líder de sus propios grupos (con nombres como The Cyrstaliers, It and Them o Black Plague, normalmente con su hermano menor Edgar) o como músico de sesión (con gente como Roy Head and the Traits). En 1968 graba, junto al bajista Tommy Shannon (que posteriormente formaría parte de los Double Trouble de Stevie Ray Vaughan) y el batería John Turner, 'The Progressive Blues Experiment', su primer disco, que será editado a nivel nacional por Imperial. Allí se incluye su versión del 'It's My Own Fault' de B.B. King que le iba a dar fama o ese 'Tribute to Muddy' con el que paga sus respetos al gran Muddy Waters, sin saber que en unos años el propio padre del blues de Chicago le iba a considerar casi como un hijo. El disco no fue un éxito pero llamó mucho la atención de los expertos. El 7 de diciembre salió publicado un artículo en la 'Rolling Stone' sobre la escena de Texas donde le ponían por las nubes, llamándole "lo más caliente que ha salido de allí, aparte de Janis Joplin". Por esas mismas fechas firma con Steve Paul como mánager y este se lo lleva a Nueva York para que toque en su club The Scene, frecuentado por varias estrellas de rock como Jimi Hendrix, Jim Morrison o la propia Joplin. Pero será su encuentro con Bloomfield en que le dará su gran oportunidad.
 

Si el concierto en el Fillmore fue un viernes 13 de diciembre, Winter firma por Columbia el lunes 16 de diciembre por un adelanto de 600.000 dólares, rompiendo de sobra el récord anterior, en concreto el que había logrado un poco antes el guitarrista Jimmy Page cuando firmó con su nuevo grupo, Led Zeppelin, por 200.000 dólares por Atlantic. De la noche a la mañana, Winter había pasado del anonimato a ser la nueva esperanza blanca del blues rock. No iba a defraudar y 1969 sería el año más importante de su carrera.
 



De primeras su presencia en The Scene le convirtió en habitual en las 'jams' improvisadas de Hendrix. Winter alucinó con el guitarrista zurdo e incluso llegó a acompañarlo alguna vez al estudio de grabación donde grabaron una maqueta el 9 de mayo de 1969 con 'The Things that I Used to Do' donde destacaba su fiereza con el 'slide'. Y es que su forma de tocar el 'slide' (con un trozo de cañería) se convertiría en una de sus señas de identidad. En abril de 1969 se publicaba 'Johnny Winter', su primer disco para Columbia, que se abría con una de sus mejores canciones, 'I'm Yours & I'm Hers', en la que destacaba su forma de tocar y un sonido mucho más rock de lo habitual, aunque en este disco no utilizó todavía su icónica Firebird sino una Fender XII del 66 con seis cuerdas. Pero también le daba tiempo a tocar un magnífico blues rural acústico con otra composición propia, 'Dallas'. Otra de las maravillas de aquel disco fue 'Be Careful with a Fool', otra versión de B.B. King. Es uno de los grandes discos de blues rock de la década y el propio Winter lo considera su mejor disco.
 

De repente Winter era la nueva sensación, a su amistad con Hendrix, se unió una relación con Janis Joplin, con la que llegaría a subirse al escenario (los dos tejanos "más calientes"), en julio los Rolling Stones abrirían su concierto homenaje a Brian Jones en Hyde Park tocando el 'I'm Your &, I'm Hers' y en agosto de ese año Winter tocaría en el mítico festival de Woodstock, en la madrugada del 17 al 18 de agosto. Para ese entonces al trío que formaba junto a Shannon y Turner se le había unido su hermano Edgar a los teclados, saxofón y voces. En Woodstock dio un gran concierto con un increíble solo en 'Mean Town Blues' y cerrando con 'Johnny B. Goode', una canción que aparecería en su siguiente disco. Pero el hecho de que su mánager decidiera que no incluyeran nada de su actuación en la película siempre le dolió.
 



El año se cerró por todo lo alto con la aparición de 'Second Winter', posiblemente su mejor disco de estudio, en el que su amor por el rock & roll de los 50 y el blues se daban de la mano de manera magistral. Su canción más recordada fue la versión del 'Highway 61' de Dylan, una canción que en su versión original tocaba Bloomfield, en la que volvía a sobresalir su increíble manera de tocar el 'slide'. La demanda de Winter era tan grande que sus antiguos sellos comenzaron a inundar el mercado con grabaciones anteriores a su fichaje por Columbia.
 

En 1970 su hermano Edgar comenzó su carrera en solitario y su banda de acompañamiento se disolvió. Pero Winter vio en ello una oportunidad y formó una nueva banda con los restos de los McCoys, un grupo que había tenido un enorme éxito en 1964 con 'Hang on Sloopy'. Allí estaba el guitarrista Rick Derringer que le iba a dar una de sus canciones más emblemáticas, 'Rock and roll hoochie koo', que aparecería en su siguiente disco 'Johnny Winter And'. Es el disco más rock de su carrera, casi un disco de hard rock con sentimiento blues, como se puede comprobar en otra de las grandes canciones firmadas por Winter, 'Guess I'll Go Away'. En el pico comercial de su carrera al año siguiente apareció 'Johnny Winter And Live' con otra gran versión de 'It's My Own Fault' y un guiño a los Stones con 'Jumpin' Jack Flash'. Fue durante esta gira cuando comenzó a utilizar la Firebird como modelo principal, en especial, una Firebird V del 63. Winter había encontrado la guitarra que le acompañaría el resto de su carrera, pero su época dorada estaba llegando a su fin. Su adicción a la heroína le apartó en su mejor momento.
 



Volvió en 1973 con 'Still Alive and Well', un disco con un título bastante explícito. Winter se había recuperado y seguía tocando de manera espectacular pero nunca volvería a tener la magia de los primeros años. Eso sí, el momento de mayor felicidad de su carrera todavía estaba por llegar. En 1977 Chess Records quebró y Muddy Waters se quedó sin compañía, Winter siempre había reconocido que Waters era su mayor ídolo así que decidió ficharlo para su recién creado sello Blue Sky Records. Allí le produjo el maravilloso 'Hard again', en el que también tocó la guitarra, un trabajo que se encuentra entre lo mejor de la discografía del legendario bluesman. Juntos grabarían otros dos discos de estudio además de un directo y Waters terminaría refiriéndose a él como su hijo.
 

Winter siguió tocando y grabando sin descanso durante los años 80, 90 y 2000, aunque en este siglo su delicada salud y los excesos cometidos comenzaron a hacer que tuviera que tocar sentado y tuvo algunos problemas de digitalización. Aun así, cada vez que se ponía su trozo de cañería en el dedo y comenzaba a tocar su Firebird, cualquiera de los presentes sabía que estaba ante uno de los elegidos. En su último disco de estudio aparecían Clapton, Billy Gibbons, Brian Setzer, Ben Harper o Joe Perry, rindiendo tributo a un Winter que falleció el 16 de julio de 2014. Él pistolero que siempre fue nunca esquivó un buen duelo, no en vano, su carrera despegó con uno memorable junto al increíble Mike Bloomfield.

(Imágenes: ©CordonPress)


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