La original electrificación de Ben Harper

Por Sergio Ariza

Para 1997 Ben Harper era un favorito de la crítica con dos discos en el mercado, 'Welcome to the creuel world' y 'Fight for your mind’, que le colocaban dentro del revivalismo blues y folk, principalmente acústico, con sus características Weissenborn tocadas en las rodillas con el slide, lo que se conoce como 'lap guitar'. Pero ese año, con 'The will to live', en la ecuación iban a entrar el hard rock y los riffs reminiscentes de Led Zeppelin.



Desde el primer segundo Harper anuncia su nuevo sonido sin coger prisioneros. El disco de abre con 'Faded', una de las mejores canciones de su carrera, construida sobre un potente riff tocado con su Weissenborn acústica a través de un Groove Tube Solo de 150 vatios y un Marshall 4x10 junto a un Ibanez Tube Screamer, creando un sonido totalmente propio, enfadado y sucio. La gente decía que Harper se había electrificado pero este había conseguido aquel increíble sonido con un instrumento acústico. Para rematar una gran canción, mete un brutal interludio acústico a dos guitarras con el gran Al Anderson, que había sido guitarrista de Bob Marley desde los tiempos de 'Natty Dread'.
 

Pero el resto del disco no desmerece en absoluto, 'Homeless child' le ve abrazar el legado de un Taj Mahal, con fuertes raíces en el blues, 'Roses from my friends' es un buen medio tiempo en el que brilla su voz, 'Jah work' le ve coquetear con el reggae en acústico y le da la oportunidad de volver a traer al gran Al Anderson de vuelta, con 'The will to live' vuelven los potentes riffs demostrando la versatilidad de la Weissenborn en sus manos. 'Widow of a living man' le ve volver a la faceta más intimista de los primeros discos, 'Glory and consequence' es el tercer pelotazo del disco y le ve consolidando su faceta más rock, 'Mama's trippin' es puro funk nocturno y, para el cierre del disco, vuelve a los aromas acústicos y tranquilos con 'I shall not walk alone'.




Con este disco Harper seguía demostrando su versatilidad y además ampliaba su paleta que ahora incluía blues, folk, reggae, soul, funk y rock. Con este disco logró llevar el sonido de una 'lap guitar' acústica a sitios en los que no había estado antes y amplió su público gracias a su exitoso acercamiento al rock en el que estuvo perfectamente acompañado por los excelentes Innocent Criminals, el bajista Juan Nelson, el batería Dean Butterworth y el percusionista David Leach.
 


(Imágenes: ©CordonPress)

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