Como Un Rayo Caído Del Cielo

Por Tom MacIntosh

Vas lanzado como una bala en la carretera en un Thunderbird del ’66, bajo el cielo iluminado por la luna y le das al play, subes el volumen y te pones cómodo; la calma antes de la tormenta. La noche vuela por los aires por la explosión de los golpes de una batería, el aullido de una Telecaster y la vibración de un bajo que puedes sentir hasta en los huesos, incluso el coche lo siente, y Something Wild te sacude en la oscuridad! Maldita barrera del sonido…ruges a más de 90 millas por hora en la carretera, gritando detrás de un choque a cadena de címbalos, guitarras enloquecidas y un bajo que es una bomba. Boom!....Uff.
“No, agente, no escuché las sirenas!”. Te han pringado, amigo mío.    

John Hiatt
, nacido en Indiana, 64 años, guitarrista, compositor y cantante, es quién te ha pringado. El artista colecciona más de 22 discos bajo el brazo, que van desde la new wave (Slug Line), al pop (Warming Up The Ice Age), country (Walk On), blues (Slow Turning), hasta el rock (Master Of Disaster).  En Something Wild (del álbum Perfectly Good Guitar), toca una Telecaster de 1957, regalo de Nick Lowe. “Es blanca, con golpeador blanco y mástil en arce. Una gran guitarra…”. La que nunca soltará!
   

   

Su camino no ha sido de rosas. Tuvo que tragar mucho polvo en la carretera. Dicen que cuando el juego se hace duro, los duros empiezan a jugar. De joven perdió a su hermano –suicida- y a su padre, poco después. Cicatrices que se encuentran en más de una canción, como en Your Dad Did (del álbum Bring The Family de 1987), por hacer un ejemplo. Dejó la escuela muy pronto y con 11 años se colgó una guitarra, sin mirar atrás nunca más. “Huí de Indiana en el maletero de una camioneta” (Stolen Moments – Real Fine Love), John Hiatt es lo que llaman cantautor de historias, historias con un principio y un final. Va directo a lo importante con un afilado sentido del humor cuando habla de amores que acaban mal, “su cerveza era más caliente que la mirada de ella” (Icy Blue Heart). Dice que con 12 años pesaba más de 110 kilos y que nunca una novia se fijaría en él, ni siquiera cuando perdió más de 40. “Sólo quería que fuéramos amigos. Me rompió el corazón. Podría haber escrito 100 canciones para ella…”.
   

Su primer disco fue Hangin’ Around The Observatory (1975), un trabajo que hizo que le identificasen como uno de los nuevos cantautores tipo Dylan. De 1979 a 1980 sacó dos discos, Slug Line (1979) y Two Bit Monsters (1980), que recibieron buenas críticas pero no llegaron a suponer un gran éxito comercial. Pero su manera de componer suscitaba interés y obtuvo cierto éxito con Accross The Borderline con Ry Cooder y Jim Dickinson, una canción que formó parte de la banda sonora de la película Borderline, interpretada por Freddy Fender, de la que existen versiones de Willie Nelson, Rubén Blades, Mink DeVille y Paul Young, entre otros. Rosanne Cash grabó The Way We Make A Broken Heart que llegó al primer puesto de las clasificas country de Estados Unidos.
     

Pero, desde el lado personal de Hiatt, las cosas eran más negras que la noche, por culpa de un divorcio y po el suicidio de su segunda mujer, algo que intentó olvidar buscando refugio en el alcohol y las drogas. Un deja vu que lo llevba atrás en sus comienzos, en una espiral de la que no conseguí salir hasta la rehabilitación en 1985. “Bebía mucho en aquellos días, así soplaba el viento, eran días en los que el único bar que encontré vendía lechugas y tomates” (Stolen Moments, 1990).
   

Las cosas empezaron a rodar de manera diferente a partir de 1987 con Bring The Family, un álbum que le llevó lejos de sus primeros esfuerzos pop y new wave. Buscó en sus raíces y encontró un enfoque más natural para sus nuevas canciones. Su banda no eran otros que Ry Cooder, Nick Lowe y Jim Keltner. El disco se grabó en dos días y fue una obra maestra de ritmos puros y refinados textos. Dice que todo se debe a la frescura de la grabación prácticamente en directo e improvisada. La fuerza de su voz y guitarra son difíciles de ignorar: controla el falsete como un maestro y le da a la guitarra como un killer. “Escucho música cuando voy en el coche, por eso muchas de mis canciones hablan de la carretera…”, dice. De joven robó un coche (nada menos que un Thunderbird), le pillaron pero le soltaron poco después: saltó en el asiento del acompañante en tiempo y dijo que le habían dado un pasaje.
   

Cuando se trata de rock, hay que vérsela con su Fender Telecaster, pero para piezas acústicas, más introspectivas suele tocar una Gibson SJ-100, conocida como la J-200. Para un toque más country cuenta con una Gibson Hummingbird y una J-45. Sus piezas lentas de blues, además, son pura miel para el paladar.    

   

Después de Bring The Family, sus 9 álbumes siguientes entraron en las listas de Billboard 200.
   

A lo largo de su carrera, sus canciones han sido versionadas por Bonnie Raitt, Bob Dylan, Iggy Pop, Three Dog Night, Earl Thomas Conley, Suzy Bogguss, Ronnie Milsap, Joe Cocker, Bon Jovi, Jewel, Mandy Moore, Jeff Healey, Carl Perkins…y el listado podría seguir. En 1993 salió el álbum Love Gets Strange: The Songs Of John Hiatt, un homenaje muy especial a una leyenda americana. Desde entonces ha habido una serie de ‘Best Of…’ y otra recopilaciones de grandes éxitos.
   

En el año 2000 la Nashville Music Awards le entregó el premio de Artista del Año y en 2008 la Americana Music Asosociation el premio a la carrera. No obstante el cariño de sus seguidores y fans, su nombre sigue sin ser todo lo famoso que debería y John Hiatt sigue dándolo todo, como en su último trabajo Terms Of My Surrender (2015), un trabajo acústico con su toque personal e irónico. Gracias a ese álbum, fue nominado para dos Grammy (‘Best American Roots Song’ y ‘Best Americana Album’). Es un hombre que se ha consumido en la carretera durante 15 años, antes de sentar cabeza y encontrar un equilibrio, un hogar, un matrimonio feliz y dos hijos. Ya no tiene prisa, ni fechas límite, ni presiones o miedos. Después de todo lo que le ocurrió en su vida, dice que el amor lo cambió todo, y hasta que pueda escribir sobre lo único que sabe, vivo y enamorado con sus 64 años, lo dará todo como la primera vez.
   

Nota personal del autor: John Hiatt es mi héroe y puedo decir con orgullo que una vez interpreté Have A Little Faith In Me al piano durante un evento en España, donde él es poco conocido, y fue un éxito. Por supuesto que lo fue: un exitazo! Al principio pasó desapercibido, un poco como él, pero luego fue como un rayo caído del cielo.
Gracias John Hiatt.
Salud, compañero!



(Imágenes: ©CordonPress & ©www.johnhiatt.com)

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