El merecido homenaje a un gran guitarrista  

Era un homenaje obligado. Chris Vitarello no es sólo una estrella neoyorquina del blues, sino uno de los baluartes del jazz blues moderno a lomos de una Fender a la que el Hammond de Bruce Katz cede este vez el protagonismo en Out from the Center, su nuevo disco lanzado en vísperas del otoño de 2016. Dos instrumentos codo a codo que parecen hechos el uno para el otro sin perder de vista las raíces del teclista en los Allman Brothers.

Miembro del Blues Hall of Fame desde 2013 y nominado -junto a Chris O’Leary y su harmónica- para un buen puñado de premios, Vitarello es a sus cuarenta y pico años una garantía de buen blues, últimamente más ladeado hacia el jazz, tanto como un guitarrista de primer nivel como en su faceta de compositor. En este disco firma cuatro de sus once temas y, por supuesto, su aportación en el resto es más que un mero acompañamiento. En Out from the Center, el maestro Katz dirige pero él, sea con una Fender, una Hofner, una Clark como la que destaca en su Facebook, o con una Gibson es quien toma el mando.

 

Incluso en el estudio, el neoyorquino consigue transmitir el ambiente de una jam session. La improvisación, dice Vitarello, le hace sentir “toda la libertad del mundo”, especialmente si hablamos de blues. Schnapps Man, el segundo corte del disco, nos lleva a su terreno tras el boogie de introducción con un desarrollo de guitarra impresionante.

The Struggle Inside es, sencillamente, puro blues en el que el órgano de Bruce Katz toma la delantera con el inconfundible sonido del Hammond. Al acecho, Vitarello empieza a rasgar su guitarra en el tramo final hasta alcanzar el climax de la canción como sólo lo pueden hacer los grandes de las seis cuerdas. Es un ejemplo perfecto también de su talento como compositor.

No hemos llegado a la mitad del álbum y la música nos rebosa por todos lados. Una demostración de clase y escuela que les permite en el tema central que da título al disco ofrecernos lo mejor de muchos mundos, los que van desde Woodstock a… ellos mismos.

 

No son meros instrumentos que revisitan los clásicos, Katz y Vitarello son tan ‘clásicos’ como sus maestros y su propia música es la mejor prueba. La melodía de Out from the Center pone los pelos de punta por su belleza y por su increíble perfección. El tiempo, sencillamente, se detiene en sus ocho minutos y medio, la soñada jam de la que no parece querer despertar nunca el neoyorquino.

Y, para continuar, un poco de Stevie Ray Vaughan, o mejor dicho, un homenaje de Vitarello a quien sin duda es uno de sus héroes. Hay mucho más, pero lo mejor es descubrirlo y disfrutarlo. Otra guitarra que quizá también va camino de su propia leyenda.