Al estilo de Luis Alberto Spinetta

Por Miguel Ángel Ariza

En la nación de los dioses futbolísticos también se dan las pasiones más desenfrenadas por sus artistas, las que los ensalzan y las que los entierran en vida. Concretamente nuestro protagonista de hoy hizo unánimes los elogios hacia su figura y su obra...y eso no es fácil siendo hincha acérrimo de River en una nación, Argentina, y una ciudad, Buenos Aires, dividida por la batalla eterna entre el blanco y el azul o los de la banda roja contra los de la banda amarilla. Spinetta los hizo a todos del mismo equipo, del suyo, y lo hizo tirando de infinidad de modelos distintos de guitarras.  

La primera de la que podemos hablar es una Hagstrom sueca que compró a finales de los 60 y que usó mientras un amigo luthier le hacía su “Gota” la guitarra que fue su buque insignia durante aquel cambio de década.
 



A comienzos de los 70 comenzó a coquetear ya con las grandes marcas norteamericanas, primero con un par de modelos distintos de Gibson SG para finalmente, y tras zambullirse por completo en el planeta Hendrix que tanto le marcó, pasarse a las Fender Stratocaster de su ídolo.
 



Pero como avisábamos no tardó mucho en seguir cambiando de guitarra y volvió al redil de Gibson usando varios modelos como la Gibson ES-345, alguna que otra Les Paul e incluso la EDS-1275 de doble mástil.
 



Años más tarde, ya en la década los 80, otro luthier, Christian Iannamicco, comenzó a hacerle guitarras a Spinetta, sus famosas Pluma, alguna de ellas ya con primitivos sistemas MIDI. Pero la guitarra que más usó durante esa época fue uno de los modelos más horribles de la historia de la guitarra eléctrica pero que a Spinetta parecía darle todo lo que necesitaba para ser feliz en el escenario, una Steinberger muy parecida estéticamente a la “The Lazer” que usaba Johnny Winter en sus últimos años.
 



Por terminar de nombrar algunos de los innumerables modelos que han significado algo en la carrera de Luis Alberto Spinetta tenemos que añadir aquí su periplo como endorser de la Yamaha Pacífica y su paso también por otra marca japonesa con la Fernandes R8 que usó en los 90.
 



Podríamos seguir añadiendo nombres de modelos de guitarras a esta lista pero preferimos terminar este artículo hablando del que en sus últimos años fue su amplificador favorito: el Bogner Shiva del que el propio Spinetta decía que si lo subía mucho en el escenario “le arrancaba la cabeza”. Podemos verle con distintos cabezales Marshall y Fender detrás de él a lo largo de su carrera, incluso algún Roland, pero cuando este modelo pasó por sus manos por primera vez ya no quiso cambiar más...y eso, hablando de quien estamos hablando y haciendo hincapié en la infinidad de veces que cambió de guitarra cada poco tiempo, solo puede significar que le gustó mucho más que mucho.
 



Quizá él, como los grandes genios, no quería estar demasiado tiempo en el mismo sitio ni hacer el mismo tipo de música, de ahí el cambio eterno entre guitarras siempre en búsqueda de algún sonido nuevo...Eso sí, lo que no cambió nunca fue el reconocimiento de toda la hinchada argentina (y mundial) que le despidió en 2012 sabiendo que si hiciesen un once ideal de rockeros argentinos él llevaría sin duda el 10 a la espalda.