Al estilo de Peter Frampton

Por Miguel Ángel Ariza

Del joven de 18 años que de la mano de Steve Marriott se iba a convertir en el guitarrista de una de las bandas que iban a ondear con más ímpetu la bandera del Hard Rock de finales de los 60 y principios de los 70 al señor de pelo blanco que podemos seguir viendo hoy en día encima del escenario hay muchas diferencias pero durante esta elipsis temporal hay siempre un denominador común: un guitarrista que quiso ser diferente al resto llamado Peter Frampton.    

Efectivamente la evolución en lo musical (no digamos en lo físico) ha sido muy pronunciada en la vida de este músico británico y tenemos un ejemplo perfecto simplemente echando un ojo al equipo que usaba en los tiempos de Humble Pie y al que usa a día de hoy. A finales de los 60 tan solo necesitaba un cable para conectar su Gibson SG o su Gretsch Duo Jet a su cabezal Marshall JMP o Super Lead; hoy en día se le puede ver con más de cinco cabezales en el escenario, una Gibson Les Paul Standard de 1960 o una Gibson Es 335 de 1964 entre muchas otras y, sobre todo, con una pedalera del tamaño de una piscina en la que están incluidos pedales tan míticos como su Talk Vox o pedales mucho más modernos como el Whammy de Digitech.
   

Y es normal que haya acabado tirando de pedales porque fue uno de los primeros guitarristas que comenzamos a ligar absolutamente al sonido que sacaban de sus efectos. Si Hendrix en su día hizo que todos los guitarras del mundo acabasen por comprarse un Wah, Frampton hizo que muchos de nuestros ídolos de los 70 y los 80 acabasen por usar un Talk Vox...con mejor o peor fortuna, claro.
   

Y todo ésto vino porque después de dejar Humble Pie para lanzarse al estrellato con una carrera en solitario que tardaría años en despegar hasta que literalmente dinamitó las listas de éxitos de medio mundo con su mítico Frampton Comes Alive, un disco en directo doble, soberbio, lleno de rock y de pop que le convirtió en una de las mayores estrellas del planeta Tierra en unos meses y que dejaría para siempre ligada su imagen a la de una guitarra que sostiene en la portada: una Gibson Les Paul Custom del 54 con tres pastillas dobles.
   

Y así por fin comenzamos a hablar de 'Phenix', una de las Gibson más famosas de la historia, no solo por la importancia de su dueño sino por la historia que esconde detrás ya que tras diez años sin separarse de ella en ningún concierto (desde que un amigo se la regalase en 1970 hasta 1980) ocurrió que en una gira que les llevaría a Panamá el avión que la transportaba se estrelló dejando atrás víctimas mortales y daños materiales entre los que la autoridades del lugar no dejaron lugar a dudas de que esta Les Paul era una de las afectadas y que se había quemado con el resto del pasaje. Lo curioso es que 30 años más tarde, un luthier brasileño envió al correo de la web de Peter Frampton un email que despertaría bastante la curiosidad del viejo rockero; era un email con fotos detalladas de su mítica 'Phenix' que no dejaban lugar a dudas de que era ella y no otra...El encuentro de guitarra y artista no tardó en celebrarse con vídeo en youtube de por medio que os recomendamos ver ya que es bastante emocionante.
   

Y en resumidas cuentas esta es la historia de 'Phenix', que nos podemos imaginar que debe su nombre al ave mitológica ya que pocas guitarras pueden decir literalmente que han vuelto a la vida de entre las llamas y las cenizas. Ésta lo hizo para goce y disfrute de su dueño, era una guitarra rara, modificada, tenía una pastilla extra que le hacía sonar no más dura sino más a Strato, ahora incluso se puede ver como su pala está en parte quemada por el incendio del avión...En definitiva, es una guitarra diferente hecha a medida de un guitarrista que quiso y consiguió sonar diferente.  

   

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