El Dios del sonido

Por Massimo D'Angelo

Clapton is God…así se leía en la pintada que apareció en 1967 en el metro de Islington, Londres. Y si se trata de fe, en su caso, hablamos de blues. Según él, el blues no es otra cosa que un lenguaje, algo que hay que aprender como un idioma. Sólo una vez aprendido, podrá ser utilizado para expresarse.

Su obsesión fue llevar los riffs de los grandes guitarristas negros al formato rock de Chuck Berry. Y de allí quiso experimentar la fusión del blues con el resto de géneros: del soul al folk, al pop rock hasta al reggae.
 

Clapton se ganó su sitio en el Olimpo por su control del tiempo, el profundo conocimiento de las escalas, la fluidez en el fraseo y su toque único. Su fabuloso vibrato, el tono, la maestría en el control del volumen y un sonido siempre perfecto, queda grabado para siempre en la imagen de su Stratocaster Blackie enchufada a un ampli Fender.
 




Al estilo de Eric Clapton